Ejemplo 2 de Relato Corto. La Piedra y la Flor

La Piedra y la Flor

(Autor: Héctor Carlos Reis)

En una verde campiña, junto a un riacho de aguas cristalinas
había una piedra que se encontraba allí desde hacía mil años; nunca
había sido movida pues era muy grande y pesada. Junto a la piedra
creció una flor roja. Los pétalos de la flor acariciaban a la piedra y
ésta despertó de su sueño. -¿Qué quieres, le preguntó somnolienta a
la flor. Esta riendo le contestó: -Eres una tonta piedra inmóvil que
jamás conoció la dicha de crecer, moverse al sentir la caricia de la
brisa matinal, aspirando con plenitud el aire que embriaga y la lluvia
que baña; pues tú no sientes nada, eres materia quieta y sin vida…
¡que triste es tu existencia!- La piedra, sorprendida, nada dijo.

Por la noche una fuerte tempestad desgajó la flor y arrojándola con
violencia quedó aplastada en un hueco de la piedra; sus pétalos
deshechos y casi sin vida. En la mañana, la flor moribunda vio junto
a sí a la piedra que continuaba inmóvil en el mismo sitio; la
tempestad nada le había hecho y se encontraba pesada, más
inconmovible que nunca.

Pero la piedra habló, con voz pausada llena de años dijo: -«Millones
de gotas de agua han pasado junto a mí por ese riacho; miles de
tempestades embistieron mi cuerpo; manos de humanos quisieron
moverme; he visto crecer muchas flores como tú; he contemplado a
los pájaros multicolores volando por el cielo azul; he escuchado el
plañir de enamorados jurando amor eterno; he visto a los amantes
abrazarse y gemir de placer; he sentido la caricia de manos
temblorosas jugando con mis rugosidades; el aire siempre me
envuelve con aroma de eucaliptos; el sol, ese juguetón
empedernido, siempre me baña por las mañanas con su calor suave;
en las tardes de verano la sombra de los árboles me brinda su
frescura y siento el placer inmenso de contemplar un atardecer con
nubes rojas, verdes y amarillas; el sol poniéndose en el horizonte y
las primeras sombras de la noche poblando con olor de madreselvas
un ambiente embriagador que me adormece; siempre escucho el
canto de los pájaros y veo su colorido plumaje reflejarse en el riacho,
luego los veo esconderse entre las ramas de los árboles buscando a
su pareja; por las mañanas de primavera veo los campos cercanos
llenos de plantas y flores que rebozan vida y color; cuando el sol
hace brillar las alas de las mariposas y la música lejana de un canto
de pastores llena el aire con maravillosas cadencias, siento que la
naturaleza es hermosa y aunque yo no me mueva, vibro
contemplando y todo mi ser se llena de vida y del placer de
observar, admirar y meditar…

La flor moribunda alcanzó a balbucear con tristeza:
-¿Cómo yo no sentí todo eso?-
-Te faltó tiempo, quietud y silencio-, dijo la piedra milenaria…

 

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Acerca de Héctor Carlos Reis

Pintor, escritor, abogado, investigador del comportamiento humano. Realicé los estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires donde obtuve el título de Bachiller y en la Universidad Nacional de Buenos Aires, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales me recibí de Procurador y de Abogado. Publiqué colaboraciones en la Revista "Todo es Historia" que dirigía el Dr. Félix Luna en los Nos. de diciembre de 1986, en enero, febrero, abril de 1987. Soy autor de novelas, de ensayos, de libros cinematográficos y de relatos cortos. Como mejor síntesis el doctor Félix Luna en su revista "Todo es Historia" Nº 235 de diciembre de 1986 al presentarme utilizó las siguientes palabras para definir mi método: "El doctor Héctor Carlos Reis es abogado, pero sus inquietudes exceden en mucho el marco de su profesión. Ha incursionado en diversos campos de la ciencia y demuestra una notable capacidad para relacionar circunstancias que, siendo aparentemente inconexas, definen procesos de una neta significación. TODO ES HISTORIA ha encargado al doctor Reis la sección que se inicia en esta edición." Estudié dibujo y pintura y actualmente pinto intensamente.

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